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Cuando Taller Arzuaga recibió su primera estrella Michelin, Amaya Arzuaga aseguró que ese reconocimiento era “el mayor estímulo para seguir defendiendo la creatividad, la vanguardia y la alta cocina en el corazón de la Ribera del Duero. Hemos conseguido mantener nuestra personalidad en Taller Arzuaga apostando por la calidad y por la tierra en la que nos encontramos”. Y en sus palabras se escondía uno de los grandes pilares de nuestra gastronomía: el uso y el valor al producto de la tierra. Desde hace años, en Bodegas Arzuaga hemos apostado por cuidar al máximo la materia prima y nada mejor para hacerlo que controlar nosotros mismos la producción.
Por eso, dedicamos una parte de las 1.500 hectáreas de la Finca La Planta a la reserva cinegética, donde conviven jabalíes, ciervos y muflones. Esto permite que tanto Taller Arzuaga como nuestro restaurante tradicional puedan incluir en sus menús carne de caza que se cría a escasos kilómetros del restaurante. Un pequeño lujo que se nota en el paladar de los más exigentes. Pero en Grupo Arzuaga siempre hemos trabajado para mejorar y evolucionar y, por eso, hace años decidimos que era el momento de producir nuestro propio aceite.
Para ello escogimos la localidad de Noez, un lugar enclavado en pleno corazón de los Montes de Toledo. Allí se encuentra la finca Los Olivos, con una extensión de más de 150 hectáreas y con una población que ya supera los 7.500 olivos. Y allí mismo está la almazara donde nace nuestro aceite en dos variedades: cornicabra y arbequina.
Y la última gran incorporación en llegar a nuestro kilómetro 0 ha sido el huerto ecológico de Taller. Este mismo mes os hemos hablado de él en el blog, pero no queremos dejar pasar esta oportunidad para recordar que nos permite producir nuestras propias hortalizas y flores de una manera ecológica. Y eso se nota en el sabor de cada una de las variedades que tenemos plantadas: solanáceas, leguminosas y crucíferas, cucurbitáceas, quenopodiáceas y compuestas, umbelíferas, liliáceas, aromáticas vivaces, aromáticas anuales y flores comestibles. Todas ellas conceden un amplio abanico al asesor gastronómico de Taller, Víctor Gutiérrez, que se encarga de integrarlas en nuestros menús para que se adapten a nuestra filosofía.
Todo este esfuerzo tiene una razón de ser: que vuestra experiencia en Taller Arzuaga sea única e inolvidable. Cuidamos el producto, la bodega, la cocina y el servicio para que tú disfrutes de cada detalle. Nuestra filosofía kilómetro 0 solo tiene sentido si somos capaces de trasladarla a nuestra manera de entender la gastronomía. Ven y descúbrela en Taller Arzuaga.