This post is also available in: English (Inglés)
Este mes de enero la oferta enoturística de Bodegas Arzuaga ha sido protagonista en una de las publicaciones especializadas más relevantes del sector enogastronómico, la revista Sobremesa. Es un orgullo para nosotros que hablen tan bien de nuestra propuesta enoturística en un medio tan destacado como lo es Sobremesa.
La primera clave a la que daban valor en Sobremesa era a la historia y al valor familiar de Arzuaga. “Es una bodega familiar y tanto Ignacio como Amaya hacen su papel en sincronía. Dos hermanos que siguieron con respeto los pasos de Florentino y María Luisa, sus padres y fundadores”, señalaban.
“Pero Arzuaga también es un magnífico hotel, un espacio termal, un viñedo para recorrer y un templo gastronómico donde disfrutar. El buen hacer permite la sabia dosis de ruralidad y refinamiento para que la experiencia sea perfecta”, aseguraban refiriéndose ya a nuestra oferta enoturística, que, además, definían como “de las más completas y deliciosas” de la Ribera del Duero y que “está arropada por un hotel de cinco estrellas con una piscina termal y uno de los mejores restaurantes de la comarca”
Como no podía ser de otra manera, la visita a la finca La Planta también está destacada en este artículo sobre Arzuaga. Así, Teresa Álvarez, la periodista que firma el artículo, destaca que “el verdadero detalle que hace de la experiencia Arzuaga algo único es su hospitalidad, que nos abre las puertas de su finca más preciada y casa familiar para convertir la visita a un viñedo espectacular de 65 hectáreas rodeado de pino mediterráneo, sabina leñosa y encina robusta en otra cosa”. Y es que, como muchos de vosotros sabréis, junto a la encina milenaria se encuentra la casa familiar.
La unión de los ciervos, emblema de Arzuaga, los jabalíes y los viñedos es, sin duda, una de las partes que más os impacta siempre de vuestra visita. Por ello, como no podía ser de otra manera, también se refieren a ella en el artículo de Sobremesa, señalando además el importante papel de Amaya Arzuaga. “La famosa diseñadora, sencilla y cercana, absolutamente volcada con sus tierras y sus vinos en este nuevo momento de su vida, pasea entre los ciervos. Es hora de darles de comer y se acercan mansos a recoger el pienso de sus manos. Muy cerca, piaras de jabalís con sus revoltosos y juguetones jabatos esperan su llegada. Al fondo, huerto y cepas donde poder descubrir las sabias técnicas manuales de poda y recogida de cada variedad para volver con naturalidad al mundo del vino, recorriendo sus hileras de viñedos de vuelta a la bodega”, apuntan.
Tras Amaya, llega el turno de conocer los vinos que elaboramos en el corazón de la Ribera del Duero junto a Ignacio Arzuaga. “Los vinos son puro reflejo de la pasión familiar, con sus largas crianzas más clásicas que contrastan con la frescura de La Planta o su ecológico Laderas del Norte. Y sus elaboraciones de Pago Florentino y Mota en blanco con una chardonnay golosa y redonda recorren senderos distintos”, destacan.
Por supuesto, la propuesta de alta cocina de Taller y la labor de Amaya Arzuaga y Víctor Gutiérrez está también recogida en este completo artículo.”. Víctor ha volcado todo su saber hacer en el Taller Arzuaga que Amaya tutela con maestría, convirtiendo el servicio en un verdadero baile de salón. Sincronización perfecta, tiempos medidos, gestos milimetrados en una decoración impactante que contrasta con la piedra y el clasicismo de sus bodegas antiguas”. “En el plato hay Castilla, hay terruño, hay vino y, por supuesto, hay Víctor, que ha conseguido empaparse del concepto Arzuaga sin perder la esencia de su culinaria con nigiris potentes, ceviches y tiraditos sutiles, cigalas con ajoblanco y homenajes al aceite (la bodega elabora cornicabra y arbequina espléndidos en Toledo) que dan paso a chuletilla de cordero con mollejas y lechazo en un plato inolvidable”, aseguran.
Desde este blog queremos dar las gracias a Teresa Álvarez y al equipo de Sobremesa por su visita y por sus palabras sobre nuestra oferta enoturística que podéis leer aquí. ¡Ahora solo falta que vosotros vengáis a comprobarlo!