Arzuaga Reserva y Jamón Joselito, la espectacularidad de un maridaje único

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Como bien sabéis, en Arzuaga unimos a nuestra pasión por el vino el amor por la gastronomía. Tanto es así que si os acercáis a nuestra casa en la localidad vallisoletana de Quintanilla de Onésimo, en el corazón de la Ribera del Duero, podréis disfrutar de dos propuestas gastronómicas completamente diferentes. Ambas unen su apuesta por la calidad y el kilómetro cero, pero sus menús son dispares, adaptándonos así a vuestros gustos tanto si preferís una cocina de vanguardia como la de Taller como si os decantáis por una cocina típica de la Ribera como la que ofrecemos en nuestro restaurante tradicional. Además, en ambos casos en Arzuaga, como no podía ser de otra manera le damos mucha importancia al maridaje de los platos. Sabemos que una comida solo es completamente perfecta si elegimos con mimo los vinos que mejor acompañan a cada uno de los platos que la integran y, por eso, cuidamos cada copa que servimos cuando nos pedís que os aconsejemos. En Arzuaga desde hace años elaboramos vinos gastronómicos que se han convertido ya en la unión perfecta para vuestras comidas.

En este sentido, hoy queremos hablaros de uno de esos maridajes de nuestro restaurante tradicional en los que la sencillez lleva a la perfección. Y es que en ocasiones no hace falta buscar una receta complicada su ejecución para disfrutar de un manjar, ni innovar en exceso con los vinos utilizados para asegurarnos un gran maridaje. Solo hace falta el mejor jamón y un vino tinto de altura.

En el restaurante tradicional de Arzuaga lo tenemos claro: un plato de jamón Joselito y una copa de Arzuaga Reserva es una de esas uniones que os encantará. El jamón cortado a mano por nuestros profesionales, en su punto justo de maduración nos aportará un sabor y una untuosidad muy características que se quedarán en vuestro paladar. El veteado de grasa de este jamón de la más alta calidad le proporciona una jugosidad y un sabor intenso y prolongado que llenan la boca de los comensales.

Y para acompañarlo nada mejor que un Arzuaga Reserva, un tinto que refleja como pocos la esencia de la Ribera del Duero. Envolvente y estructurado, este vino ofrece en boca también una gran untuosidad, sensaciones sedosas y un postgusto prolongado.

Nosotros lo tenemos claro. Si algo es un éxito, no hace falta darle más vueltas. Y lo cierto es que pocas uniones funcionan mejor que la de un plato de jamón Joselito y un Arzuaga Reserva. ¡Dejaos sorprender por la exquisitez de lo sencillo!

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