La vid llora en Bodegas Arzuaga

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La primavera inunda ya los viñedos de Bodegas Arzuaga. El sol deja caer sus rayos sobre las vides y caliente los últimos vientos que aún llegan hasta la Ribera del Duero. Es un momento fascinante para disfrutar solo o en compañía. Pero esta estampa extraordinaria esconde un secreto que aún pocos conocen. Y es que, durante unos días, las vides de Bodegas Arzuaga derraman lágrimas. Es el conocido lloro de la vid, un fenómeno tan hermoso que merece ser visto de cerca.

Pero, ¿qué significa que la vid llore? Para poder explicarlo, tenemos que retroceder unos meses en el tiempo. Volvamos a esos días fríos de Valladolid, esos en los que amanece el campo helado y la tierra del viñedo se endurece a cada paso. En esos días fríos, la vid entra en parada vegetativa, está dormida, y solo mantiene despiertas sus raíces. Es el momento de prepararla para la primavera. Y en esos días, llevamos a cabo la poda, el primer paso para obtener vinos de calidad. Son días importantes en la bodega, ya que de este paso va a depender en buena parte el éxito de la primavera.

Nuestras vides ya están podadas y, poco a poco, los días se alargan y en el suelo comienza a subir la temperatura. Es el sol el que despierta a la planta, que se despereza para empezar un nuevo ciclo. La savia, que hasta este momento ha estado dormida, despierta y empieza a circular hasta llegar a los sarmientos, que aún lucen los cortes de la poda. Y esa savia va a gotear por esas ‘heridas’ para formar lágrimas que luego veremos en las ramas.

Este llanto va a prolongarse algo más de una semana, hasta que los cortes se vayan recubriendo con una sustancia gomosa que cerrará las heridas que irá cerrando los vasos hasta que cesen las lágrimas. Ese día sabremos que el viñedo ya está preparado para la fase de brotación. El verde sustituirá en breve los tonos tierra en Bodegas Arzuaga.

Y no hay mejor sitio para disfrutar de este proceso que nuestra Bodega. Ahora que el viento ya es cálido, los paseos por nuestra finca son maravillosos. Podrás acercarte y ver de cerca cómo lloran las vides para disfrutar como nunca. Luego podrás descubrir la gastronomía tradicional o la nueva cocina de vanguardia en uno de nuestros dos restaurantes y finalizar el día viendo caer el sol en la Milla de Oro de la Ribera del Duero. ¡Te esperamos!

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