Grupo Arzuaga es una empresa y un proyecto familiar que nace en el siglo XX, abriendo las puertas a la añada del 2000, caracterizada por una profunda revolución en todos los órdenes, con un reflejo contundente en el sector de la agroalimentación, la viticultura y la gastronomía. Por eso, resultaba casi obligado llevar a cabo una apuesta de vanguardia, de innovación y de creatividad dentro de nuestro complejo hostelero y enoturístico. Así nació Taller, el campo de batalla de nuestra experiencia diaria con la alta cocina, con el mundo de los sentidos, las texturas y los aromas que se traducen de forma continua en una comanda llena de colorido y construida sobre la base de las materias primas de mayor calidad.
Ferrán Adrià, uno de los representantes más autorizados de la alta cocina, define la cocina de vanguardia como una corriente de tendencias ligadas a la creatividad. “Ser vanguardista”, subraya, “significa, en síntesis, adelantarse al tiempo, aunque será ese proceso temporal el que decida si lo conseguido es vanguardia o no lo es”. El genio de la cocina definía en sus inicios que la vanguardia siempre existió, acudiendo al anecdotario tan contundente como el fenómeno que supuso y que, sin duda, fue la más absoluta vanguardia en su época con el nacimiento de la tortilla de patata, la mayonesa o el hojaldre.
Pero siempre al lado de la cocina base, del recetario tradicional, por pura lógica, debe coexistir una cocina más conceptual, donde la innovación y el dominio de la técnica abran un nuevo campo de sensaciones y de sentidos a los comensales. Es precisamente lo que hemos hecho en nuestro Taller de cocina Arzuaga. Nadie mejor que su directora y creadora, Amaya Arzuaga, para trasladar la sensibilidad, la creatividad a la comanda del restaurante. Y así han nacido y se elaboran a diario platos como Oro líquido; Oreja con caviar, crujiente de cochinillo y presa ibérica (AÑADIR ENLACE VÍDEO); u Ostra y ají.
Sin duda la alta cocina, una comanda selectiva y un restaurante de vanguardia, tienen su hueco en esta parte del Duero donde ya los grandes vinos están marcando la pauta de uno de los terruños de mayor excelencia de España, donde brota no solo la fuerza de las viñas, sino también la fuerza de la creatividad que surge cada día en la cocina de Taller.