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Si hace poco hablábamos de la Medalla de Oro lograda por nuestro Arzuaga Rosae en el en el Mondial du Rosé, hoy nos toca quedarnos en el panorama nacional para hablar de nuestro Laderas del Norte, que ha conseguido 91 puntos Peñín. Seguro que los que estáis familiarizados con el mundo del vino sabéis qué es la Guía Peñín y la influencia que tiene dentro del universo vitivinícola. Y para los que no lo tenéis claro, ahora os lo contamos.
La Guía Peñín de los Vinos cuenta con ediciones en español, inglés, alemán y chino, y es una de las herramientas más respetadas por aficionados y profesionales para la toma de decisiones. Y, para elaborarla, se cuenta con un equipo de catadores que son los que puntúan los diferentes vinos. Para ello tienen en cuenta el color, el aroma, el sabor, la intensidad y la estructura. Además de esos aspectos básicos, se tiene en cuenta también la originalidad, la complejidad, la variedad y los matices.
Pues, con todo esto, nuestro Laderas del Norte ha conseguido una puntuación de 91 puntos, lo que le coloca entre los grandes vinos españoles del momento como ‘vino excelente’. Y en Bodegas Arzuaga estamos muy orgullosos, porque este vino tiene una gran historia detrás.
Y es que nace de uvas procedentes de cultivo ecológico recolectadas de la finca “Valdesardon”, propiedad de la familia Arzuaga Navarro, que es el viñedo más occidental de la Ribera del Duero, situado a 800 metros de altitud en el municipio de Olivares de Duero. Su terreno arcillo-calcáreo en ladera va a marcar en gran medida las características del vino.
Tras vendimiar, pasan por la mesa de selección para ser despalillados hasta su encube en depósito de acero inoxidable, donde después de unos días macerando en frío, fermentarán a unos 25ºC. Después dormirán en una crianza de 12 meses en barrica 100% roble francés, donde experimentarán la fermentación maloláctica.
Todo ello convierte a Laderas del Norte en un vino fresco y elegante, con una fácil y equilibrada entrada en boca. Deja sensaciones de carnosidad y volumen en el paso por la misma. Notas ligeramente golosas y tostadas y un postgusto agradable y equilibrado donde se vuelven a recordar todos los tonos afrutados detectados en la fase olfativa.
En definitiva, un gran vino que recibe el espaldarazo de la Guía Peñín, lo que lo eleva entre los grandes vinos españoles del momento. ¡Muchas gracias!